TIBIO
Anoche escuché una predica que tocó mi corazón, te la voy a parafrasear un poco y agregar mi cuchara. El protagonista de esta entrada es Sansón, un chico que desde su nacimiento fue consagrado a Dios, “nazareno” apartado para el Señor y su obra, los ángeles mismos instruyeron a sus padres de cómo deberían criarlo. ¿Habría alguien más ungido que él? Lo dudo. La biblia dice que desde su nacimiento el “Espíritu de Dios” estaba sobre él. Y Sansón hizo GRANDES proezas, no te creas. Lo cierto es que Sansón tuvo victoria en todo porque el Señor estaba con él, pero había algo en Sansón, algo muy extraño. “Un día Sansón fue a Gaza, donde vio a una prostituta. Entonces entró para pasar la noche con ella.” Jueces 16:1 NVI ¡¿Qué?! ¿No se supone que este era un hombre de Dios, separado y santo? ¿Qué le pasó? Lo que a muchos nos pasa, nos gusta jugar con el pecado, nos gusta jugar con Dios. Cuando decidimos vivir una vida totalmente consagrada a Dios empezamos a darnos cuenta que hay ciertas exigenc...
Comentarios
Publicar un comentario